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Hemos desarrollado un interesante buscador donde puedes colocar una palabra o frase cualquiera y ver, automáticamente, qué han escrito sobre ella algunos autores muy interesantes (clásicos y no). Estamos trabajando duro para aumentar la cantidad de obras y autores.
Odio y evito el vulgo profano. ¡Silencio! Sacerdote de las musas, canto a doncellas y mancebos canciones nunca antes oídas.
Horacio
La reina que había en mí ansiaba su victoria y rezaba por ella; la esposa temía que no regresara vivo y suplicaba a Isis que protegiera su vida. Yo era al mismo tiempo la esposa espartana que decía: «Vuelve con tu escudo o sobre tu escudo» y la esposa egipcia que decía: «Vuelve de la manera que sea, incluso sin el escudo».
Margaret George, Memorias de Cleopatra
En los espíritus de aptitud literaria es de experiencia común que se empieza casi universalmente por el uso del verso, ensayando de esta manera facultades que luego la mayor parte de los que las llevan a madurez, a de orientar de otro modo.
José Enrique Rodó, Motivos de Proteo
¡Se entraba al santuario por un orificio redondo en la falda del cerro, apenas mayor que las aperturas redondas que hay a la entrada de los gallineros. Los fieles y los que venían a pedir información al dios entraban arrastrándose por el agujero y se encontraban en un espacio oscuro e infinito en presencia de Agbala. Nadie había visto jamás a Agbala, salvo su sacerdotisa. Pero nadie que hubiera entrado en aquel temible santuario había salido de él sin temor a su poder. La sacerdotisa estaba junto al fuego sagrado que hacía ella misma al fondo de la cueva y proclamaba la voluntad del dios. El fuego no tenía llama. Los leños en ascuas no servían más que para iluminar vagamente la figura sombría de la sacerdotisa.
Chinua Achebe, Todo se desmorona
Yo tenía que estar más fuerte en caso de que él estuviera más débil; puesto que éramos una sola cosa, si uno menguaba, el otro tenía que crecer para conservar la fuerza del todo.
Margaret George, Memorias de Cleopatra
¿Quién, en naciendo, no vive sujeto a las inclemencias del tiempo y de la fortuna? ¿Quién se libra, quién se excepta de una intención mal segura, de un pecho doble, que alienta la ponzoña de una mano y el veneno de una lengua?
Calderón de la Barca, A secreto agravio, secreta venganza
El movimiento veloz que agita el mundo no se oye sino andando.
Felicité de Lamennais
El hombre bien nacido se rebaja con la relación vil, pero el hombre vil no se eleva con relaciones elevadas.
Manú
Un hombre que intente cumplir con su deber puede estar seguro de que le lloverán las críticas desde ambos lados, agravadas por el hecho de que seguramente cometerá errores. Pero al mismo tiempo se nos presenta una magnífica oportunidad. La mayoría de los futuros líderes del país pasan hoy por nuestras manos.
Ngũgĩ wa Thiong’o, En la casa del intérprete
-Amigo mío, voy a reunirme con mi dulce Mariana (decía Robin con un hilo de voz). Entiérrame donde caiga esta flecha.
Y con un gran esfuerzo, Robin tensó el arco y disparó su última flecha, Ésta salió a través de la ventana de la celda y fue a clavarse en el prado que rodeaba el monasterio. Johnny lloró horas y horas la muerte de su amigo. Después cavó la fosa en el lugar en el que había caído la flecha y lo enterró.
Anónimo, Robin Hood