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Crecí para ti. Tálame. Mi acacia implora a tus manos su golpe de gracia.
Juana de Ibarbourou
Si siempre estamos dispuestos a ser felices, es inevitable serlo alguna vez.
Blaise Pascal
Cuando comenzaba yo a escribir cosas de más entidad y sustancia que las que he publicado hasta ahora, tu voluntad me apartó de este camino. Estábamos juntos en la biblioteca del Tusculano registrando cada cual de nosotros los volúmenes que para su estudio necesitaba, y tropezaste con los Tópicos de Aristóteles, explicados en muchos libros. Te llamó la atención el título, y me pediste la explicación del libro, y habiéndote dicho yo que allí se explicaba el modo de hallar argumentos según el método inventado por Aristóteles, me diste, a entender modestamente, como sueles, pero de manera que bien se conocía tu ardiente deseo, que te enseñase aquel método. Yo, no por esquivar el trabajo, sino por interés tuyo, te aconsejé que los leyeses por ti mismo o que aprendieses el método con algún doctísimo retórico. Una y otra cosa has intentado, según me dices; pero la oscuridad de los libros te ha hecho desistir, y el retórico ha contestado que él ignoraba los preceptos de Aristóteles; y no es maravilla que un retórico desconozca a un filósofo, a quien muy pocos de los mismos filósofos estudian.
Cicerón, Tópicos a Cayo Trebacio
Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice.
Peter Drucker
El mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone del lado del cordero y piensa: Ojalá que huya.
Bioy Casares
La vida nos ha sido concedida con la limitación de la muerte; hacia esta nos dirigimos. Temerla es, por tanto, una insensatez, ya que los acontecimientos seguros se esperan; son los dudosos los que se temen.
Séneca, Epístolas morales a Lucilio
Allá, enorme y pesado furgón de crujientes ruedas, tirado por dos camellos, llega al cementerio donde recibirán sepultura los muertos que, apilados, llenan el vehículo. Al pasar por el puerto, produce desagradable sorpresa la mezcla de olores; huele a carbón de piedra, a estiércol, a humedad, a carne muerta.
León Tolstoi, El sitio de Sebastopol
En mis viajes encontré un brahma anciano, sujeto muy cuerdo, instruído y discreto, y con esto rico, cosa que le hacía más cuerdo; porque como no le faltaba nada, no necesitaba engañar a nadie.
— Voltaire Historia del buen Brahma
El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más bella de la vida.
Stendhal
Toda máquina está en proceso de extinción.
Bioy Casares